
Sábado en la noche. Domingo en realidad. Eran como como las 2:30 de la mañana. Venía en la micro después de una extenuante pero recofortante jornada musical del South By South West acá en Austin. Acababan de tocar The Stooges y lo único que pensaba era acostarme después de hartas cervezas, saltos, empujones y locuras varias típicas de un buen concierto. Venía haciendo una evaluación mental de lo que había sido esta loca semana cuando la micro se pega una frenada muy repentina. Un hummer (ver la foto) se pasa la luz roja y el conductor, que gracias a Dios venía atento, logra esquivar esta aberración creada por la desinteligencia humana. Con la micro detenida seguí haciendo el seguimiento visual del hummer que creía haberse salido con la suya, pero no fue así. Un pequeño auto, que venía en la pista izquierda de la micro, no logra frenar e impacta con todo al hummer, el cuál sale volando por los aires y se vuelca al menos tres veces. Los pasajeros de la micro comenzaron a gritar y a llamar al 911 (so gringo). Peticiones al conductor a que parara para ir a ayudar llovían pero éste no se inmutó y siguió su recorrido, programado por el protocolo de la empresa que tienen todas estas situaciones ya previstas.
Los pasajeros comienzan a comentar el asunto. Hasta que uno dice: "No puedo creer que un auto compacto, onda tan chico, haya sido capaz de volcar a un hummer". A lo cuál reacciono y digo: "Eso es como medio irónico ¿No crees?". El tipo me queda mirando con una cara de "que cresta te pasa" cuando justo la micro llega a mi paradero y me bajo sin decir nada más.
En fin... Saludos desde la tierra del míster danger.